Para analizar el conflicto identitario que arrastra la Comunitat Valenciana desde el siglo pasado, el profesor universitario Vicent Flor echó anteayer mano de las encuestas. Y con cuatro datos tuvo suficiente para enmarcar la cuestión. El pueblo valenciano se siente más cercano con la civilización hispanoamericana (o incluso con la humanidad en su conjunto) que con las regiones de habla catalana. Dos tercios de los valencianos consideran que su lengua es diferente del catalán. Y la Comunitat Valenciana es la única, junto con Cantabria y Murcia, que ahora se siente menos nacionalista/regionalista que en la Transición. De hecho, es la autonomía con lengua propia más identificada con el españolismo.

La identidad valenciana, pues, apenas existe. Se ha volatilizado. El enfrentamiento identitario entre fusterianistas y blaveros, y la consiguiente "conflictivización del valencianismo", señaló Flor, ha convertido al "españolismo" en la "identidad refugio" para la mayoría de valencianos. Este "consenso indentitario" ha tenido una coda inseparable. "El anticatalanismo que parecía coyuntural se ha transformado en algo estructural instalado en el sistema político", afirmó.

Y aunque el decisivo poder de Unió Valenciana haya pasado a mejor vida y la Coalició Valenciana de Juan García Sentandreu no logre abandonar la marginalidad política, Vicent Flor lanzó su tesis: "El blaverismo no ha desaparecido. Al contrario: ha muerto de éxito al impregnar a los partidos políticos" e introyectarse en la sociedad. Desde el PP valenciano, que en la última década ha mutado a "partido regional" que asegura representar las "esencias del pueblo valenciano", hasta el PSPV, que en 2008 intentó eliminar de sus siglas el espinoso "País Valencià", recordó el sociólogo.

Flor -que pasó de Unió Valenciana a la cúpula del Bloc- dibujó el mapa fuerte del valencianismo tricolor en la actualidad: Lo Rat Penat, la Real Acadèmia de Cultura Valenciana, los GAV, sectores del Valencia CF y de la jerarquía eclesiástica, el mundo fallero, la procesión cívica del 9 d'Octubre y la Generalitat como institución legitimadora, "tanto con el PSPV como con el PP", dijo. Vicent Flor identificó los orígenes del pensamiento blavero en el "populismo blasquista", el "valencianismo bien entendido del franquismo" y el "antifusterianismo". El triunfo del blaverismo, afirmó, también ha acarreado la "estigmatización" de los símbolos alternativos, la "secesión lingüística" y la marginalización del valenciano. ¿Qué error arrastró al valencianismo progresista a la derrota? Un exceso de intelectualismo y el descuido de las masas, resumió Flor.