La etapa de Chelo Escrivà (PP) como alcaldesa de Oliva ha terminado. PSPV, Bloc, Proyecto Oliva y GdO certificaron ayer el cambio de Gobierno local aprobando la moción de censura que socialistas y nacionalistas presentaron hace casi dos semanas. El lunes, el nuevo alcalde, David González (Bloc), firmará los decretos de con los que repartirá las áreas de gestión del nuevo ejecutivo cuatripartito que dejará a los populares solos en la oposición. Será, con 14 concejales de los 21 de la corporación, el Gobierno más amplio de las nueve legislaturas de la democracia, algo que el propio González quiso destacar después de ser investido alcalde.

Tras la votación que oficializaba el traspaso de la vara de mando se vivió uno de los momentos más significativos de la sesión. Tuvo que ser David González quien se acercara a Chelo Escrivà para darle la mano mientras ésta sonreía y miraba para otro lado. Al final, la ya exalcaldesa le tendió la mano.

Previamente, en los discursos de los grupos políticos, había quedado de manifiesto la enorme brecha abierta en estos 13 meses de legislatura entre el Partido Popular y todos los demás. Tanto es así que aun cuando PSPV y Bloc no lo necesitaban, tanto Proyecto Oliva (una escisión del PP) como la GdO de Pepe Salazar (exUV), se han acabado sumando a la operación que envía a los populares a la oposición.

Con ello, la única voz discrepante fue la de la alcaldesa saliente. Escrivà dijo que la moción de censura responde a dos motivos concretos: que quienes la firman "necesitan la política para tener un sueldo", y que "están muy nerviosos" porque el Gobierno local del PP estaba "dejando al descubierto la nefasta gestión" de la anterior legislatura que comandaron los concejales del PSPV y del Bloc. Escrivà también se preguntó si entre los motivos de la moción de censura "tendrá relación" el hecho de que ella haya sido la primera mujer alcaldesa. En cualquier caso señaló que deja el puesto "con la cara bien alta y las manos muy limpias".

Por el grupo socialista asumió el turno de palabra Salvador Fuster, que relevará en la Alcaldía a David González en enero de 2014, según el acuerdo de gobierno. El edil del PSPV expuso que "la intransigencia y abuso de poder" por parte de Escrivà, "limitando el acceso a la información, menospreciando a concejales y funcionarios", así c0mo "las amenazas a asociaciones" le han hecho "sentir vergüenza" por el "descrédito" a que ha sometido a la ciudad de Oliva. Por tanto, ahora "habrá que recuperar la normalidad democrática".

Vicent Canet (Bloc) acusó a Escrivà de haber "alimentado los odios entre las personas de Oliva", mostrándose como "una especialista en enfrentar a la gente". Acusó a la alcaldesa saliente de haber "dado alas a la gente violenta, a los insultos, a las descalificaciones". Es más, "usted misma lo ha hecho personalmente en muchas ocasiones" en las redes sociales. En definitiva, bajo su mandato "se ha resentido la paz social".

Significativo fueel discurso del portavoz del PP, Jesús Aparisi, que no mencionó en ningún momento a Escrivà y, en lo que parecía una respuesta a las acusaciones del resto de grupos, señaló que "al menos este concejal ha querido siempre dialogar y llegar a consensos". El edil popular mostró la voluntad de su grupo de llevar a cabo una oposición "constructiva".

Madrugón para coger las sillas del público

La de ayer era la primera moción de censura en la historia de la democracia en Oliva, y muchos vecinos no quisieron perdérsela. El salón de plenos se llenó para la ocasión, como también su antesala; y otros muchos tuvieron que seguir la sesión en la plaza de l'Ajuntament a través del sistema de megafonía. Desde el interior del plenario se escuchaban los aplausos, pitos y abucheos que, casi en cada intervención, procedían del exterior.

Sólo una veintena de sillas estaban disponibles para el público. Con ello, los más afortunados tuvieron acceso al interior de la sala. De hecho, una de las privilegiadas aseguraba que se encontraba allí desde las 8 de la mañana, pese a que la sesión no debía dar comienzo hasta el mediodía.