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La alcaldesa de Alzira ha dado marcha atrás en su amago de echar un pulso a la consellera de Territorio y reducirá finalmente las perspectivas de crecimiento contempladas en la revisión del Plan General de Ordenación Urbana, que Isabel Bonig valoró como excesivas, en un intento de que el Consell apruebe el PAI de la finca de Sos sin esperar a completar la tramitación del PGOU.

El anuncio que el jueves realizó la alcaldesa, que desveló que estaba tratando de consensuar con la conselleria como compensar el incremento de suelo residencial que implicaría la aprobación de este PAI que abarca 765.000 metros cuadrados, se traducirá en una propuesta para desclasificar 723.000 m2 que la versión preliminar del plan convertía en residencial. El ayuntamiento está dispuesto a renunciar a las otras dos urbanizaciones que la nueva ordenación situaba en la Barraca, los sectores Aigües Vives y Terrer Blanch, y a una ampliación de futuro con otros 300.000 metros cuadrados del PAI de la Garrofera, que se quedaría con la superficie inicial de 1.371.833 m2. Estos cambios forman parte de las consideraciones que el ayuntamiento elevará en respuesta al informe de la Comisión de Evaluación Ambiental que cuestionó el modelo de ciudad dispersa que diseñaba la revisión del PGOU. La propuesta deBastidas declara además el sector Finca de Sos como "uno de los ámbitos prioritarios a desarrollar" entre los previstos en la versión preliminar del PGOU. El ayuntamiento expresa de nuevo su apoyo a un proyecto que contempla la construcción de 780 viviendas y un hotel tipo Hilton ante la perspectiva que un grupo inversor árabe pueda hacer viable su desarrollo con una inversión de 28,5 millones de euros.