Las declaraciones de los juveniles de la Unió Esportiva La Mancomunitat heridos en la pelea en Benirredrà no deja margen para la duda. Lo sucedido el sábado fue una auténtica batalla campal que ellos vivieron como casi una guerra de la que pensaron que no saldrían. El resultado, como publicó ayer Levante-EMV, fueron cinco jugadores ribereños y dos policías de Gandia heridos de gravedad.

Cincuenta personas -entre jugadores y público del Benirredrà- esperaron a los jugadores de La Mancomunitat a la finalización del encuentro y los acorralaron para agredirlos. Se habían concentrado mediante las redes sociales y mensajes de móvil. "Creíamos que no íbamos a salir vivos de allí. Si no llega a ser por la policía hubiésemos visto...", declaró ayer uno de los jugadores, V. O. G., a este periódico.

Los jóvenes relatan los hechos con una crudeza que asusta. Los agresores, por lo que cuentan, se lanzaron contra ellos sin escrúpulos, con la intención de hacerles el máximo daño posible. "El que me pegó el puñetazo a mí fue un hombre de cuarenta o cincuenta años del que tengo la cara grabada y que no olvidaré. Me sacaba tres o cuatro cabezas y menos mal que vino él (su entrenador Antonio)", afirmó el mismo futbolista afectado con una fisura en el esquizoides y una contractura cervical. A un compañero que fue a protegerle, J.J.M.P., le arrancaron un pendiente de un bofetón. "Me dieron con un casco en la cabeza y yo me desorienté. No veía nada. Hubieron de sacarme de allí porque iba dándome golpes contra los coches", explicó otro de los afectados, I.P.B.

Los juveniles relatan como los causantes de la pelea -en los que ellos también introducen a directivos y cuerpo técnico del Benirredrà- agredieron hasta a un árbitro del partido que se estaba jugando en el campo colindante y que se metió enmedio con intención de defender a la expedición ribereña. "Estaban como locos. Lo que pasó en el partido de ida -un jugador del Benirredrà fue agredido por un aficionado, expulsado de por vida del campo de La Mancomunitat- no se podía prever. Lo peor de allí es que quedaron para pegarnos y estuvieron todo el partido esperando el momento. Yo jugué durante veintitrés años y nunca vi algo así", explicó el entrenador Antonio.

Los futbolistas afectados y algunos padres y madres que también fueron agredidos han realizado más de una decena de denuncias ante la Guardia Civil contra el club de La Safor y algunos padres de los futbolistas.

"Los violentos no caben en Benirredrà". Son palabras de la alcaldesa de este municipio, Loles Cardona, a la hora de condenar de manera enérgica los incidentes. Una opinión similar a la de la alcaldesa la tiene el presidente del Benirredrà CF, Esteban Faus, quien ayer confirmó que "las tres o cuatro personas más conflictivas serán expulsadas del club".