La Generalitat Valenciana experimentó ayer en la reserva nacional de Caza de Cortes la Muela un incendio forestal "programado" en el que estaba previsto quemar más de 35 hectáreas de monte.

La aplicación de "quemas programadas" de monte como una "herramienta de gestión" es una técnica aplicada en otros países de clima mediterráneo (Sudáfrica, California, Australia, etc.) pero que hasta ahora solo se había utilizado experimentalmente en la Comunitat Valenciana, probablemente por la polémica que rodea estas actuaciones, muy discutidas desde organizaciones como Ecologistas en Acción. En el caso concreto de la quema programada en Cortes-La Muela, los ecologistas apuntan a que se trata de un Lugar de Interés Comunitario (LIC) que "no debería" ser sometido a este tipo de pruebas cuyo impacto, dicen, está fuera de toda duda.

Según ha podido saber Levante-EMV -no hubo comunicado oficial al respecto- centenares de efectivos entre el personal de la citada conselleria, las brigadas forestales de la Conselleria de Gobernación, medios aéreos e incluso la Unidad Militar de Emergencias participaron ayer en un incendio "programado" que iba a arrasar inicialmente unas 35 hectáreas de monte bajo. Finalmente, el incendio afectó a unas 7 hectáreas, aunque no se descarta que si las condiciones climáticas acompañan, la experiencia continue hoy.

Fuentes de la Conselleria de Medio Ambiente explicaron que la "quema programada" tenía como objetivo regenerar la vegetación de la zona recurriendo al fuego como un instrumento más de "gestión" y "habilitar" una zona de pasto en la reserva, donde habitan cientos de reses de caza mayor, cabra y muflones principalmente.

Según explicaron se trataba de quemar once parcelas que cuentan cada una con proyectos individualizados y sobre las que previamente se ha hecho un estudio de flora y fauna para evitar daños colaterales.

El lugar elegido es un área muy aislada situada en el límite de los términos municipales de Cortes de Pallás y Millares que sucesivos incendios forestales han dejado sin arbolado, pero con abundante matorral.

El fuego "prescrito" ayuda a reducir la biomasa y es visto por los especialistas del Servicio Forestal de la Conselleria de Medio Ambiente como una "herramienta" para evitar la aparición de grandes incendios incontrolados.

La Comisión Europea financia con 12,6 millones de euros diversas investigaciones para el uso controlado del fuego controlado bajo el paraguas del proyecto " Fire Paradox".

También Greenpeace ha cambiado su opinión sobre está técnica y en un documento de 2009 afirma que las quemas "controladas o prescritas y la gestión de incendios de baja intensidad pueden ser una alternativa más a la hora de reducir la carga de biomasa forestal".

¿Es rentable que arda el monte para prevenir?

El "viejo" monte, anterior al generado por el abandono masivo del mundo rural, los grandes incendios eran muy raros, al menos en el ambiente mediterráneo. El uso intensivo del monte y sus recursos, con cultivos marginales, pastos, extracción de leñas, etc. generaba discontinuidades en la masa forestal donde morían los incendios antes de hacerse grandes. Con el abandono, los antiguos pastos y campos de cultivo marginales fueron ocupados inicialmente por matorral fácilmente inflamable. El fuego programado es una posibilidad para reducir la carga de combustible en los montes en los que se acumula el matorral, siempre bajo ciertas condiciones que debería determinar un estudio científico previo