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El Ayuntamiento de Benagéber, un pequeño pueblo de la comarca de los Serranos de apenas 200 habitantes y unos 600.000 euros de presupuesto, se ha convertido en armador y consignatario para reforzar los atractivos turísticos de la población y tratar de evitar la huida de sus vecinos a otras ciudades. El consistorio ha encargado a una empresa ubicada en las Baleares la construcción de un catamarán de 10,5 metros de eslora y con capacidad para 28 personas más 2 tripulantes, para utilizarlo en rutas fluviales que recorrerán el pantano de Benagéber. Tal como explica el alcalde Rafael Darijo, "la nave está valorada en unos 100.000 euros más IVA, que han aportado en su mayor porcentaje los fondos europeos para el desarrollo".

El barco estará acabado a finales de abril, para iniciar una serie de pruebas que certifiquen su navegabilidad. Si todo va bien, el objetivo del alcalde es "botarlo el próximo 26 de junio para iniciar una serie de rutas fluviales por el embalse". Esta iniciativa, que ha partido del propio Darijo y su equipo, busca "potenciar el desarrollo económico del pueblo, incentivar el turismo de la naturaleza en la zona, evitar que se enmarche más gente y generar puestos del trabajo".

El barco será explotado por una sociedad mixta, cuyos beneficios revertirán en las arcas municipales. Los estudios de viabilidad manejados por la corporación apuntan a unos 5.000 usuarios potenciales que podrán utilizar este recurso náutico en la temporada turística: de junio a octubre. Hoy, en la presa de Benagéber, que es una de las obras hidráulicas más impresionantes de la Comunitat Valenciana, operan varias empresas turísticas que comercializan actividades como canoas y piraguas, y paseos a caballo, senderismo y bicicleta de montaña en los hermosos parajes que rodean el embalse.

Además, también existe un centro de vacaciones, explica el alcalde, con unas 300 plazas hoteleras por el que pasan miles de turistas al año. Todo ello, añade Garijo, "garantiza un importante contingente de visitantes que seguro van a utilizar el barco y que en los próximos años ayudarán a amortizar la inversión".

En cuanto a las rutas fluviales, cuentan con la autorización de la Confederación Hidrográfica del Júcar, y no sólo discurrirán por los impresionantes cañones naturales del pantano sino que además "permitirán visitar la cercana reserva de animales contigua al largo, que ocupa 350 hectáreas de superficie, y donde existen especies tan apreciadas como los muflones o los ciervos".

El coste aproximado de cada viaje fluvial puede ser de 4 o 5 euros, en los trayectos más cortos, que se programará, por ejemplo, para grupos de escolares. Los más largos, para adultos, se prolongarán durante una hora y media, y la entrada costará de 8 10 euros.

Las propias características del catamarán son también muy respetuosas con el medio ambiente. "Funcionará con paneles solares -indica el munícipe- y con dos motores de alimentación fotoeléctrica,por tanto, no será nada contaminante". Dispondrá de 150 horas de autonomía y el modelo se ha inspirado en los barcos que funcionan en el parque de El Retiro de Madrid, el pantano de Guadalest y en el de Arcos de la Frontera.

La meta final de este proyecto, es "apostar por el turismo fluvial para generar riqueza para nuestros convecinos y para el pueblo". De paso, finaliza Rafael Darijo, "queremos mostrarles a los valencianos la belleza que tenemos en los paisajes y parajes de la presa de Benagéber".