Una niña de Paiporta permaneció encerrada y abandonada cerca de seis horas en el autobús escolar que debía llevarla a su colegio, después de que la monitora olvidase a la pequeña en su asiento. Los hechos ocurrieron el lunes.

La pequeña María tiene tres años y está matriculada en el colegio Lluís Vives de Paiporta, un centro precintado desde hace siete meses por problemas estructurales. Por ello los alumnos, por decisión de la Conselleria de Educación y la comunidad educativa, acuden a diario en autobús hasta otro centro público de Alfafar.

La menor siguió la consigna de su cuidadora y no se quitó el cinturón de seguridad. Sólo lo hizo cuando se vio sola y desamparada en un descampado de Tavernes Blanques, lugar donde el chófer estacionó el autobús sin percatarse de la presencia de la niña. Diecisiete kilómetros separaban a Marta de su casa.

Su madre, María Regina Gil, no sale de su asombro. "Lo que no entiendo es que nadie del centro se diera cuenta de que mi hija faltaba hasta la hora de comer, porque estuvo desde las nueve de la mañana metida en un autobús", resaltó la mujer. Y no da crédito a que el conductor del autobús "no oyera los gritos y lloros de la niña".

Tras permanecer desde las 09.00 horas hasta las 13.30 desamparada en el autobús, la pesadilla de esta pequeña empezó a disiparse cuando una mujer de Tavernes salió a pasear con su perro por el lugar donde se encontraba estacionado el autobús y la descubrió llorando. "La Guardia Civil nos contó que la mujer la vio golpeando los cristales y, como ella no llevaba un móvil, avisó a unos trabajadores para que llamaran a la Guardia Civil", según manifestó María Gil a Levante-EMV.

Cuando llegaron los agentes, intentaron sin éxito romper el cristal del autobús. Pasó una hora más hasta que localizaron al conductor y pudieron entrar para rescatar a la niña. Una vez en manos de los agentes de la Guardia Civil la pequeña se tranquilizó, aunque en un reconocimiento médico posterior se le diagnosticó un proceso de ansiedad. En el cuartel, según relataron los agentes a María, ducharon y cambiaron de ropa a la pequeña -pues se había orinado encima- y le dieron de comer y de beber porque eran más de las 14.30 horas. Al cabo de media hora más, la niña se reencontró con sus padres. "Desde la mujer que la encontró hasta el último agente se portaron súperbien con mi hija y les agradezco a todos muchísimo lo que han hecho por ella", afirmó la madre.

Y es que María se enteró del grave incidente cuando la llamó el director del colegio Lluís Vives "y me dijo que cogiera un coche y me fuese a Tavernes que mi hija estaba en el cuartel". Como la familia no tiene vehículo, el concejal de Educación les acompañó.

"Cuando llegué intenté darle la mayor normalidad a lo que estaba pasando para que no se asustara al verme llorar", manifestó la madre. Tanto la monitora como el conductor del autobús han sido despedidos. "Los dos nos llamaron y nos pidieron perdón. Estamos seguros de que para ellos también ha sido un gran disgusto", concluyó.

Los padres solicitan el cambio de centro

Los padres de Marta han reclamado ante el Ayuntamiento de Paiporta el cambio de colegio. El objetivo es evitar que la pequeña, que se niega a salir de casa, vuelva a subir al vehículo escolar "porque todo el rato dice llorando 'autobús no'". De hecho, los padres solicitaron en varias ocasiones que no se matriculase a la menor en ese centro ya que la madre, tiene una enfermedad pulmonar grave y la mayoría del tiempo se lo pasa en el hospital. "Pedí varias veces que nos dieran plaza en algún colegio más cerca de casa de la abuela de la niña, en Paiporta, para que ella la llevara al colegio, pero en todas las ocasiones nos lo denegaron".