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La AMPA del colegio Errando Vilar denunció ayer las deficiencias que presenta el centro a nueve meses de su apertura. De momento, más de 350 niños acuden cada a día a clase sin que la Conselleria de Educación haya dispuesto un plan de evacuación en caso de incendio, como reclama el director, Jorge Grifo. Los alumnos comenzaron sus clases en el nuevo edificio el pasado mes de septiembre, tras la ejecución de una obra valorada en más de 3,1 millones de euros (adjudicada a la empresa Arción) que, según las familias, está inacabada.

La presidenta de la AMPA, Encarna Berbel, enumeró ayer las deficiencias "in situ". Las más peligrosas, en su opinión, son las que afectan a los niños de Infantil. Entre otras, las zonas de arena y grava no están divididas de la superficie de goma que protege a los pequeños en la zona de juegos. De esta manera, las piedras se mezclan con la goma y acaban por deshacerla en pequeñas partículas con las que los niños se pueden atragantar.

Imbornales saturados

Además, los imbornales están saturados de tierra y ya se embozaron durante la última temporada de lluvia. En aquella ocasión, recuerda Grifo, fueron los operarios de las brigadas municipales los que trabajaron codo con codo con la dirección para "investigar" dónde se encontraban las tomas de agua "a falta de planos". Cinco meses después, sostienen las mismas fuentes, la Conselleria de Educación aún no ha contestado al escrito remitido por el centro en el que solicitaba la sustitución de la arena por hormigón.

Por otro lado, el proyecto de la obra no incluyó la sustitución del antiguo muro que bordeaba el colegio Errando Vilar. Los operarios mantuvieron la pared y la alzaron unos centímetros con una nueva capa de ladrillos. A día de hoy una grieta separa la franja antigua de la nueva, mientras animales callejeros acceden al recinto a través de las rejas por las noches. Cada día, las maestras de Infantil retiran los excrementos que dejan en el patio de los más pequeños.

En otro orden de cosas, siempre según la denuncia de la AMPA, las aulas donde duermen los más pequeños después de comer carecen de cortinas y las ventanas han sido cubiertas por cartones oscuros para evitar el sol de la tarde, la campaña extractora de la cocina no funciona, los sacos de cemento de la obra siguen en el patio y la falta de tacos en las puertas ha provocado desperfectos en las esquinas de las paredes por los continuos golpes de los pomos.

Apoyo del ayuntamiento

El director del centro agradeció ayer la colaboración del Ayuntamiento de Almassora por el apoyo incondicional a sus reivindicaciones. No en vano, según Grifo, el consistorio ha sufragado varias reparaciones que correspondían al gabinete de Font de Mora.