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El ex director territorial de Educación en Castelló, Francisco Baila,presidió ayer su primer pleno del Consell Escolar Valencià y se estrenó con una derrota. El pleno de este órgano consultivo rechazó el proyecto de ley de la Conselleria de Educación con el que se pretende modificar su composición. El sector progresista (formado por sindicatos y organizaciones de padres y alumnos de la escuela pública) hizo valer su mayoría para tumbar una reforma con la que el Gobierno valenciano prevé quitarle peso y aumentar el control de la administración en el CEV. El resultado de la votación fue de 35 votos en contra de la modificación y 15 a favor.

Este acuerdo no es vinculante y todo hace indicar que la Generalitat seguirá adelante con su reforma. Fuentes de la Conselleria de Educación indicaron a este diario que la propuesta de ayer del CEV se estudiará, aunque a su vez defendieron el proyecto de ley. Con él habrá "una representatividad proporcional de los sectores público y privado, y se otorgará un perfil institucional, dándoles voz y presencia a representantes de la propia administración que también forman parte del sector educativo", señalaron.

Sea o no vinculante, el conseller Alejandro Font de Mora sufrió ayer un revés al ser derrotado su plan por el mismo Consell Escolar. Los sindicatos del sector docente (CCOO, UGT y Stepv) celebraron la "aplastante mayoría" con la que se "tumbó" la propuesta de la conselleria y consideraron que supone "una derrota" de Font de Mora.

El proyecto de Font de Mora reduce la cifra de representantes en el CEV de 68 a 60, resta integrantes a las tradicionales y más numerosas organizaciones educativas, las mismas con que las que Baila mantuvo agrias polémicas en su etapa como director territorial en Castelló, y aumenta el número de consejeros del Gobierno valenciano, de 4 hasta 9. Una nueva correlación de fuerzas con la que el conseller de Educación aspira a no sufrir más derrotas como la de ayer.

Y es que el conseller ha decidido hacer frente a la plataforma de la Enseñanza Pública y, para ello, ha comenzado en el Consell Escolar, un órgano que, a pesar de ser consultivo, le ha dado más de un quebradero de cabeza. Primero, decidió colocar como presidente del CEV a Francisco Baila, una persona vinculada al presidente de la diputación, Carlos Fabra, y que ocupó la dirección territorial de Castelló de 1995 a 2007. Su gestión estuvo marcada por sus enfrentamientos con la comunidad educativa. Ahora, el conseller quiere finiquitar la mayoría progresista en el Consell Escolar.