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La actitud frentista de la Generalitat hacia el Gobierno central ha llegado hasta el sistema educativo. Los alumnos de la Comunitat han pagado los platos rotos de la negativa del conseller de Educación, Alejandro Font de Mora, a asumir los portátiles ofrecidos por el ministerio. En la provincia de Castelló, unos 5.800 estudiantes de 5º de Primaria-nivel en el que arranca el plan estatal Escuela 2.0-se han quedado este año sin un ordenador. El Consell, que alega que los aparatos del Ejecutivo central provocan miopía, destaca por contra su inversión en nuevas tecnologías y asegura que los centros valencianos disponen de un ordenador por cada cuatro alumnos.

Sin embargo, las justificaciones del Consell no han convencido a las asociaciones de padres y madres ni a los sindicatos de la escuela pública. Al unísono han cargado contra una actuación "obstruccionista" del conseller que consideran muy perjudicial para el alumnado valenciano. Y es que es la negativa de Font de Mora ha dejado sin los portátiles de Escuela 2.0 a casi 6.000 estudiantes de la provincia. El programa, al que sólo se han opuesto tres autonomías (Murcia, Madrid, además de Valencia) contempla la implantación de un portátil por alumno en todos los grupos de 5º y 6º de Primaria y 1º y 4º de ESO en cuatro años. En este ejercicio han empezado a repartirse en 5º de Primaria de todas las regiones, excepto en las tres mencionadas.

En el trasfondo del ninguneo del Consell se encuentra la falta de liquidez de las arcas valencianas. Las autonomías han de costear el 50% del plan y parece que la Conselleria de Educación no tiene presupuesto para pagar la mitad de lo que valen los ordenadores. El precio de cada aparato ronda los 400 euros, por lo que el Consell debía haber puesto 200 por cada uno de ellos. Es decir, para los alumnos de Castelló el gasto del Ejecutivo valenciano hubiera ascendido a los 1,1 millones de euros. El conseller ha achacado su decisión a que los portátiles de Escuela 2.0 (de 60 gigas y una pantalla de 10 pulgadas) provocan miopía, un argumento desmentido por los oftalmólogos.

De momento, algunos ayuntamientos gobernados por los socialistas han planteado asumir ellos mismos la parte correspondiente al Gobierno valenciano para que los alumnos no se queden fuera de Escuela 2.0. El Ayuntamiento de Morella ha sido el primero en mover ficha y ha enviado una carta el ministro de Educación, Ángel Gabilondo, en la que le pide que permita la participación de los municipios en el programa informático. Su iniciativa ha sido apoyada por otras poblaciones como Benicàssim y Almenara, además de la Federación de Padres y Madres de Castelló (Fapa Penyagolosa). Morella destinaría unos 7.000 euros al contar con 35 alumnos en 5º de Primaria.Por su parte, los consistorios del PP han eludido sumarse a Morella. La mayoría de ellos han esgrimido razones económicas, aunque el portavoz de Educación en la diputación, Miguel Ángel Mulet, acusó al alcalde morellano, Joaquim Puig, "de tocar las narices a la Generalitat".

Morella contará con el apoyo del grupo socialista en el Congreso. Su propuesta no está recogida en el plan estatal,por lo que éste requeriría un cambio para posibilitar la cofinanciación municipal. Es por ello que el PSOE, a través del diputado nacional por Alicante Carlos González, prevé presentar una proposición no de ley en la Cámara Baja en la que reclamará que los municipios puedan asumir el coste de los portátiles.

El ministro tiene la última palabra. Lo único seguro es que la conselleria se niega firmar el convenio de Escuela 2.0. Según el conseller, la Comunitat cuenta con un ordenador por cada 4 alumnos. Los estudiantes de otras autonomías contarán con uno cada uno.