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La propuesta del Ministerio de Educación de reducir los contenidos del actual currículo de la Educación Secundaria Obligatoria (ESO) no seduce a los sindicatos educativos. Vicent Esteve, responsable de Política Educativa del Sindicat de Treballadors de l'Ensenyament (STE-PV), opinó ayer que no se puede afrontar el fracaso escolar desde el "empobrecimiento del currículum educativo".

En esencia, el sindicato rechaza reducir los contenidos porque "eso significa empobrecer el nivel cultural y social de los alumnos", y no se logra el objetivo final de afrontar el fracaso escolar. Sí comparte el Sindicat de Treballadors de l'Ensenyament, por otro lado, la posibilidad de "reducir el abanico de asignaturas". "El alumno aprende de forma globalizada. La realidad no está fragmentada en tantas áreas de conocimiento -actualmente hay 11 asignaturas-. Habría que intervenir en ese sentido", apunta.

Así, el sindicalista apuesta por impulsar "cambos metodológicos para facilitar el aprendizaje de aspectos básicos como la lecto-escritura", "pero sin sacar contenidos del currículo".

El pasado viernes, Miguel Soler, director general de Formación Profesional del Ministerio de Educación, anunció que el Gobierno pretende reducir los contenidos de la ESO; el objetivo es limitar el número de asignaturas y garantizar que los alumnos terminen el ciclo con los conocimientos básicos de cálculo y lecto-escritura.

Desde el STE-PV, Esteve destacó la necesidad de afrontar el fracaso escolar desde otra perspectiva, al margen de la estrictamente escolar: "Además del centro educativo están el ámbito familiar y social. Todos los estudios sobre exclusión social indican que el alumnado reproduce el nivel socio-educativo de las familias", apuntó.

Por su parte, Miguel Ángel Vera, de CCOO, señaló que "no se entiende plantear la reducción del currículum; más bien se trataría de adaptarlo al alumnado con atención individualizada o reducir el número de estudiantes por grupos".