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Antes de que la crisis económica asomara en Castelló muchos jóvenes de 16 años habían cambiado sus estudios por un trabajo atraídos por los cantos de sirena del dinero fácil de la construcción. La falta de una titulación básica no era óbice para que los empresarios, necesitados entonces de mano de obra, los contrataran. Ahora, el paro se ha cebado con las personas sin formación (el 60% de parados de la provincia carecen de graduado) y ha reabierto el hambre por la educación. El desempleo ha llenado las aulas de FP y de los centros de aprendizaje para adultos.

La provincia asiste a una eclosión de demandantes por los hasta hace poco desvalorizados módulos de formación profesional, y por los centros de adultos. Centenares de parados se han lanzado además a conseguir el graduado escolar. En las pruebas de junio y octubre para la obtención de dicho título se han presentado el doble de personas que en 2008 (1.436 frente a 714). "Ha habido una explosión de alumnos en los grupos del graduado y del acceso a la universidad para mayores de 25 años", apuntó Josep Lluís Grau, director del centro de adultos Germà Colom de Castelló. Cabe tener en cuenta que unos 30.000 de los 54.000 parados carecen de una titulación básica.

En formación profesional, en los 199 ciclos que se imparten en Castelló se han inscrito casi 7.000 alumnos, lo que supone un 8% más que en 2008, según informaron fuentes de la Conselleria de Educación, y hay que añadir a las personas que se han quedado en lista de espera, una cifra que de momento se desconoce. Los 84 centros de FP no dan casi abasto ante el aluvión de solicitudes y están desbordados, según han denunciado los sindicatos en repetidas ocasiones. La recesión ha conseguido de un plumazo conferir a la formación profesional el prestigio que buscaba sin éxito en los últimos años. Los ciclos más demandados son los de Administración y Finanzas, Gestión Administrativa, Cuidados Auxiliares de Enfermería, Educación Infantil y Cocina.

Respecto a los centros para adultos(EPA) -con cursos para la preparación del graduado escolar o para el aprendizaje del castellano, entre otros-, éstos han ocupado prácticamente sus 12.000 plazas (300 más que en 2007/2008). La lista de espera roza el millar de personas, e incluso la mayoría de los 32 centros de EPA ha tenido que cerrar ya el proceso de matriculación -el periodo de inscripción acaba el 30 de este mes-. El Germà Colom de la capital de la Plana espera acabar el ejercicio lectivo con 400 matriculados más que el año pasado (con 1.400) y tiene una lista de espera de 300 personas. El otro centro de Castelló, Pascual Tirado, dispone de 1.800 matriculados (400 más que en 2008).

Estos datos constatan cómo los desempleados han apostado por la formación para lograr un puesto de trabajo. Recientemente, el secretario general de la Federación de Enseñanza de CC OO,Miguel Ángel Vera, lamentó que la sociedad valenciana haya permitido la contratación de jóvenes sin ningún tipo de estudios.

Masters universitarios

Sin embargo, no sólo ha habido un boom en FP y centro de adultos. La crisis también ha dejado en la calle a titulados universitarios y mucho de éstos han abogado por inscribirse en un master, máxime cuando para los parados de entre 25 y 40 años los postgrados son gratuitos (los financia el Gobierno central). Según explicó el vicerrector de la Universitat Jaume I de Castelló, Antonio Barba, los matriculados en masters oficiales de la UJI han crecido un 40% en este ejercicio. En los antiguos postgrados se han apuntado 1.300 alumnos, y dos de los que tienen más demanda son Diseño y Fabricación, e Intervención y Mediación Familiar.