Gandia «adelanta» las licencias de obra ante el retraso en la gran área de negocios de la playa

El Gobierno local aprueba simultanear los trabajos con la finalización de la urbanización del Sector de Equipamientos 

Una línea eléctrica y el sistema contra inundaciones retrasan la conclusión de este espacio de 174.000 metros cuadrados

Hace años que varias empresas tienen interés en poder construir para abrir negocios, entre ellos un supermercado

La urbanización del sector de Equipamientos Privados de la playa, con los solares a la derecha.

La urbanización del sector de Equipamientos Privados de la playa, con los solares a la derecha. / Levante-EMV

Sergi Sapena

El proyecto de urbanización Sector de Equipamientos Privados de la playa de Gandia ha desesperado al Ayuntamiento de esta ciudad. Una actuación para implantar negocios de todo tipo sobre una superficie de 174.000 metros cuadrados que se remonta a casi veinte años de trámites sigue sin poder terminarse porque está a espera de la construcción de una línea de alta tensión destinada a aportar la suficiente energía eléctrica. Por otra parte, no se podrían dar licencias de actividad hasta que entre en servicio el gran depósito de aguas pluviales que permitirá evitar inundaciones en ese sector y en otras áreas urbanas de la playa.

Ante esta situación, el Gobierno local acaba de aprobar una resolución que permite conceder licencias de obras a las empresas que lo soliciten, de manera que los trabajos para construir edificios en los solares de esta gran superficie de 174.000 metros cuadrados puedan simultanearse con la finalización del depósito contra inundaciones y con las obras de la línea eléctrica que se precisa.

En esa decisión el Ayuntamiento de Gandia incluye una advertencia a los interesados. Se puede conceder la licencia para ejecutar las obras de edificios e infraestructuras, pero nunca se podrá dar la autorización de actividad, es decir, abrir los negocios, antes de que la urbanización queda totalmente concluida. Además, los promotores estarán obligados a garantizar el importe económico necesario para sufragar la conclusión de la urbanización, así como renunciar a cualquier tipo de indemnización por parte del ayuntamiento en el caso de que se produzcan más retrasos en su finalización.

Horizonte: Principios de 2025

Lo que el ayuntamiento pretende con esta decisión es dar cumplimiento a las peticiones de las empresas interesadas y acelerar al máximo los procesos para que puedan abrir negocios en esa zona, llamada a ser un gran polo de atracción de inversiones para la playa.

De esta manera, el consistorio estima que tanto la línea de alta tensión como el depósito para prevenir inundaciones estarán terminados a principios del año que viene, y aquellas empresas que tengan prisa por implantarse pueden ir ejecutando las obras para abrir sus negocios unas semanas después de que el ayuntamiento recepcione la urbanización. No es una cuestión baladí porque, de cumplirse esas expectativas, esos comercios o negocios ya estarían trabajando el verano de 2025, época en que se produce la mayor afluencia de personas a esa zona y, por lo tanto, con mayor previsión de ingresos.

El sector de Equipamientos Privados de la Playa de Gandia surgió como idea hace alrededor de veinte años, en parte pensada para que allí se pudieran trasladar establecimientos molestos, como pubs y discotectas que, en aquellos tiempos, generaban numerosas protestas de vecinos que se quejaban de no poder dormir por las noches y de suciedad e incivismo en sus calles. En esta zona no se podrán construir viviendas, pero sí hoteles.

El Ayuntamiento de Gandia pensó a lo grande y estableció un ámbito de 174.000 metros cuadrados a ambos lados del Club de Tenis, delimitado por la carretera Natzaret-Oliva y por el marjal. Nadie esperaba tantos problemas. Propietarios de suelo afectado recurrieron una y otra vez a los tribunales por diferencias con el proyecto, y hubo que esperar a sentencias del Tribuna Superior de Justicia de la Comunitat Valenciana para poder desarrollar el sector. El desbloqueo llegó en 2020, momento en que se aceleraron los trámites en medio de crisis por el imparable incremento de precios de materiales de construcción y por la obligación de disponer de un enorme tanque contra inundaciones que tiene una capacidad de ocho mil metros cúbicos y que se está construyendo en el cercano parque del Clot de la Mota.