DIMARTS MERCAT

Núcleo histórico: oídos sordos y ojos ciegos

Núcleo histórico: oídos sordos y ojos ciegos

Núcleo histórico: oídos sordos y ojos ciegos / Vicent Soriano

Vicent Soriano

Dicen que los barrios y las calles no tienen dueños, pero sin embargo la vida la dan quienes los habitan día tras día y sufren (y gozan) de sus virtudes y sus deficiencias, y en demasiadas ocasiones son los protagonistas de dejadez, abandono y vuelva usted mañana, porque hoy se rompió la baraja y no queda ni una sola carta para tapar los nidos de ratas, las fugas de agua, el abandono de casas sí, casas también, calles que viven sin luz pero que son calles entrañables e históricas. Pero, ¿qué me dice usted?, eso de históricas queda para los papeles que se emborronan con buenas intenciones y poco más. Cuando se abandona el núcleo donde viven y habitan (que no es lo mismo) personas que creyeron que aquel era su hogar. Su trozo de patrimonio que se comparte con todos los que entran y luego inventan una muralla para no salir nunca. Pero eso no es verdad, porque las pruebas nos indican que hemos dejado y estamos dejando morir sin misas ni réquiem de arrepentimiento, aquellos espacios que componen un trozo de Xàtiva precioso para las postales y las visitas preelectorales, pero angustioso para quienes luchan día tras día por construir ese lugar idílico que hace décadas dejó de serlo.

El colectivo Casc Antic Digne i Viu lleva una lucha encarnizada por conseguir que se les escuche en sus reivindicaciones que son las de todos. Ellos no inventan ni dibujan mariposas en el viento en el edén soñado, ni paraísos donde encontrar la felicidad, sino un trocito robado que debe devolverse en forma de bienestar. No es de recibo que pasen los años y el núcleo histórico de la capital de la Costera sea una simple frase que llena los trípticos para repartir en Fitur, allí donde se vende en demasiadas ocasiones el humo y la hoguera y se deja de lado la realidad y las necesidades de la gente. Un núcleo histórico no es precisamente el de Xàtiva en esas condiciones. Un núcleo histórico no son fugas continuas de agua, contenedores que se buscan y nunca de encuentran. Tiendas que un día fueron y desaparecieron, y muchas de ellas se encuentran encerradas entre andamios antes de su demolición total. Asfaltos donde más de uno de sus vecinos luchó hasta el final para conseguir una decente callejuela y tampoco tuvo respuestas.

Reivindicaciones. Y continúan las reivindicaciones y como contrapartida se encuentran los oídos sordos y los ojos ciegos. Solo se pide dignidad y vivir en un espacio donde antes habían sillas a las puertas de las casas para pasar el final de la tarde poniéndose a parir unas vecinas con otras en el buen sentido de la palabra. ¿Qué sería de un núcleo histórico sin charlas prohibidas? ¿Que sería sin sexo escondido en las conversaciones y noches llenas del fresco que llega del Puig? ¿Qué sería sin una buena cazalla y un vasito de tinto con llimonà y dejar de tonterías el invento del tinto de verano?

Acciones concretas. Ahora que el gobierno de coalición se hace fotos sin parar por los dos bandos de la contienda, podrían aprovechar para dejar de indicar futuras promesas y efectuar acciones concretas que despierten de alguna forma el sueño que duerme entre quienes siguen pensando que este es un buen lugar donde vivir y no convertirse en pesadilla constante. Formé parte de la calle de Sant Joaquín, y allí quedan escritas en letras llenas de inventario, apodos que marcaron la existencia de pequeñas plazas y cortas calles: el carreter, el mort, la tarzana, mariu, la chona, la cheyana, el guarda, el music, mujeres, herbesser, petxina, moliner….. que nunca se borrarán de un sitio que les perteneció y es posible que haya un mañana, donde el núcleo histórico de Xàtiva florezca como los jardines llenos de vida. Ese debe ser el objetivo que a todos nos toca muy de cerca.

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